Apego ansioso y evitativo: 4 razones por las que se sienten atraídos

Tiempo de lectura: 5 minutos

Introducción

En el mundo de las relaciones interpersonales, muchas veces nos encontramos con que las personas con estilos de apego ansioso y evitativo tienden a sentirse atraídas entre sí. Este fenómeno puede parecer paradójico al principio, dado que ambos estilos de apego representan respuestas opuestas a la intimidad y la cercanía. Sin embargo, la atracción entre ellos es más común de lo que podríamos imaginar.

Para entender por qué estas personas tienden a sentirse atraídas, es importante primero conocer los cuatro estilos de apego que se desarrollan en la infancia y cómo estos patrones de relación influyen en nuestra manera de conectarnos emocionalmente con los demás a lo largo de la vida. Los cuatro estilos de apego, según la teoría del apego de Bowlby, son:

  1. Apego seguro: Las personas con este estilo de apego se sienten cómodas tanto con la cercanía como con la independencia. Saben que pueden confiar en los demás y tienen una visión positiva tanto de sí mismos como de los demás. Este estilo de apego se asocia con una crianza consistente y receptiva, que fomenta la seguridad emocional.
  2. Apego desorganizado: Este estilo se caracteriza por una combinación de conductas contradictorias y, a menudo, está relacionado con experiencias tempranas de abuso o negligencia. Las personas con apego desorganizado pueden experimentar confusión o ambivalencia en sus relaciones, ya que han tenido dificultades para desarrollar una imagen coherente de la figura de apego.
  3. Apego ansioso: Las personas con apego ansioso tienen una necesidad constante de validación y cercanía. Temen al rechazo y suelen sentirse inseguros en sus relaciones, lo que puede llevarlos a comportamientos dependientes o demandantes.
  4. Apego evitativo: Las personas con apego evitativo valoran profundamente su independencia y suelen evitar la cercanía emocional. Han aprendido a suprimir sus necesidades afectivas en respuesta a experiencias tempranas de desapego o rechazo, y pueden sentirse incómodas con la vulnerabilidad o la intimidad.

En este artículo nos centraremos en los dos últimos estilos: el apego ansioso y el apego evitativo, que presentan una dinámica de relación particularmente interesante. Ambos estilos, aunque opuestos en su enfoque hacia la intimidad, tienden a atraerse y pueden formar patrones de relación intensos y a menudo conflictivos.

¿Cómo se comportan las personas con apego ansioso?

Las personas con apego ansioso suelen sentir una necesidad constante de validación y cercanía en sus relaciones. Tienen una alta sensibilidad ante las señales de rechazo y pueden interpretarlas de manera exagerada. Este tipo de apego suele estar relacionado con una infancia en la que las necesidades emocionales no siempre fueron satisfechas de manera consistente, lo que genera una inseguridad crónica sobre si la persona a la que se quiere está disponible o dispuesta a brindar apoyo.

El adulto con apego ansioso, busca constantemente cercanía, a menudo mostrando conductas dependientes o demandantes. Se siente vulnerable ante la idea de ser abandonado y, a menudo, tiene pensamientos catastróficos sobre las relaciones.

apego ansioso

¿Cómo se comportan las personas con apego evitativo?

Por otro lado, las personas con apego evitativo tienden a valorar la independencia y la autonomía por encima de la cercanía emocional. Estas personas han aprendido a suprimir sus necesidades emocionales en respuesta a experiencias tempranas de rechazo o desapego. Crecen con la creencia de que depender de los demás o mostrar vulnerabilidad puede ser una fuente de dolor o desilusión.

El adulto con apego evitativo tiende a mantener a los demás a una distancia emocional segura. Pueden parecer fríos, distantes o indiferentes a las necesidades emocionales de su pareja, y a menudo evitan la intimidad profunda, ya sea por miedo al rechazo o por una falta de confianza en la conexión emocional.

¿Por qué se atraen las personas con estos estilos de apego?

La interacción entre los estilos de apego ansioso y evitativo es un fenómeno frecuente en las relaciones de pareja, y puede parecer paradójica. Sin embargo, hay varias razones por las que éstas personas tienden a sentirse atraídas y formar relaciones:

  1. El deseo de completar lo que falta: Las personas con apego ansioso buscan la cercanía emocional y la validación que les falta en sus vidas, mientras que las personas con apego evitativo buscan la independencia y la distancia emocional. De alguna manera, ambos se ven atraídos por lo que no tienen o no saben cómo manejar: el ansioso busca el espacio y la autonomía que el evitativo proporciona, mientras que el evitativo encuentra en el ansioso una fuente de cercanía emocional que le falta.
  2. La familiaridad con los patrones de comportamiento: La teoría del apego sugiere que, a lo largo de la vida, tendemos a atraernos por dinámicas que nos resultan familiares, aunque no siempre sean saludables. Una persona con apego ansioso puede sentirse atraída por alguien evitativo porque esa relación le recuerda las experiencias de su infancia, donde la cercanía emocional era impredecible o inconsistente. Por otro lado, la persona con apego evitativo, puede sentirse atraída por una persona ansiosa, ya que le recuerda la distancia emocional que tuvo que aprender de pequeño.
  3. Validación vs. autonomía: La atracción entre personas con apego ansioso y evitativo también surge por la tensión entre la necesidad de validación y el deseo de independencia. El ansioso busca aprobación externa para sentirse seguro, mientras que el evitativo valora su autonomía para proteger su bienestar. El ansioso intenta ganar afecto del evitativo para sentirse validado, mientras que el evitativo disfruta de la atención pero valora su independencia. Esta dinámica crea una atracción en la que ambos intentan satisfacer sus necesidades emocionales de maneras opuestas.
  4. Ciclo de refuerzo positivo y negativo: La relación entre apego ansioso y evitativo a menudo se alimenta de un ciclo de refuerzo positivo-negativo. El ansioso, al buscar cercanía constantemente, provoca que el evitativo se retire, creando una tensión que, eventualmente, puede desembocar en una reconciliación momentánea. Cuando el evitativo ofrece afecto tras haberse distanciado, el ansioso experimenta un alivio emocional y siente que su búsqueda ha valido la pena, reforzando así su necesidad de cercanía. Por otro lado, el evitativo, al ver que sus gestos de afecto son recibidos con tanta gratitud, valida su necesidad de mantener cierta distancia.

¿Cómo superar los principales retos que supone esta pareja? 

Las relaciones entre personas con apego ansioso y evitativo pueden ser desafiantes, pero con esfuerzo y conciencia, es posible superarlos. Algunas claves:

  1. Comprender los estilos de apego: Es fundamental que ambos comprendan las raíces de sus comportamientos. El ansioso busca cercanía y validación, mientras que el evitativo necesita espacio para sentirse seguro.
  2. Mejorar la comunicación: El ansioso debe aprender a expresar sus necesidades de forma más tranquila, sin presión, y el evitativo debe esforzarse por compartir sus emociones y ser más accesible.
  3. Establecer límites saludables: Ambos deben respetar las necesidades de cercanía y espacio. Esto implica acordar tiempos para estar juntos y momentos para separarse, sin que ninguno se sienta invadido o abandonado.
  4. Fomentar el crecimiento personal: Cada uno debe trabajar en su autoconciencia, reconociendo y gestionando sus miedos y deseos emocionales. El ansioso debe aprender a sentirse seguro sin depender del otro, y el evitativo debe trabajar en su capacidad de ser vulnerable.
  5. Buscar ayuda profesional: La terapia de pareja puede ser un buen recurso para mejorar la comunicación y cambiar estos patrones.

Conclusión

Las relaciones entre personas con apego ansioso y evitativo pueden ser complejas y desafiantes debido a las diferencias fundamentales en cómo cada uno maneja la intimidad emocional. Sin embargo, entender estas dinámicas de apego y trabajar en la mejora de la comunicación y la conciencia emocional puede permitir a las parejas superar sus dificultades. Al final, el compromiso mutuo y el deseo de crecer tanto individual como colectivamente son clave para transformar una relación de apego ansioso-evitativo en una más saludable y equilibrada.

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